Crónica de una muerte anunciada

Jugadores del Atlético de Madrid celebrando el gol en el derbyCuando oyes al entrenador de tu equipo decir  «pero si no es posible vamos a intentar no perder«, se te cae el alma a los pies. Y cuando ves que salen a por todas, que incluso se ponen por delante en el marcador y a tí te empieza a dar el subidón y dices «vale, queda mucho, pero parece que esta vez sí«, va ese mismo entrenador y te vuelve a tirar por los suelos cuando estando por delante en el marcador -recordemos que aún había que tirar el penalty- y cuando tiene que efectuar un cambio porque han expulsado a su portero no le tiembla el pulso y quita a Diego, el único que podía hacer jugar al fútbol a este equipo, teniendo opciones como Gabi o Salvio. A eso se le llama cobardía. Y en ese momento todos los aficionados vemos claramente que lo que busca es que no nos caigan muchos, para ver si se salva. Y cuando digo todos me refiero a eso, TODOS: afición y jugadores. Lo dejó muy claro. Antes y después.

El resto del partido ya queda totalmente desvirtualizado: con 10, sin nadie que controle el balón y lo haga jugar, a aguantar y rezar que no nos hagan un siete. En toda la segunda parte no tocamos un balón si no era para despejarlo. Adrián se debió desesperar. De jugar Falcao se hubiera echado a dormir esperando balones al área que nunca le llegarían, porque no pasamos del medio campo.

Y esta vez no quiero echar la culpa a ningún jugador, todos lucharon e hicieron lo que saben. No nos tenemos rasgar las vestiduras por la cagado de Godín; hace mucho que no está para jugar en este equipo y el entrenador debe saberlo. Si lo pone el que se equivoca es él, no el jugador. Este entrenador que al llegar dijo que se acordaría de la cantera, no se ha vuelto a mirar hacia ella para nada. Y si lo que hay no vale y no lo puedes buscar fuera debería estar mirando a la cantera. Pero este entrenador como otros muchos parece que no saben que es eso de la cantera.

En fin, que me equivoqué yo, porque no pensaba ver el partido y finalmente la celebración de un cumpleaños de una sobrina me lleva a casa de mis padres, donde mi padre, por supuesto, no pensaba perderse el partido. Y le pasó como a mi, que ya no acabamos ni cabreados, estamos resignados. Y eso creo que no es bueno.

A la hora que escribo esto no tengo noticias de que Manzano haya dejado de ser el entrenador de este Atleti ni tampoco de que el #DuoPrescrito haya dicho que se marchan. El cáncer lo seguimos teniendo dentro y haría falta estirparlo y aplicarle unas buenas sesiones de quimio. Pero no hay médicos que se atrevan.

PD.: Por cierto, Asenjo volvió a jugar y no me desagradó nada. Creo que habría que dar más bola a este y a Joel. No tengo nada contra Courtouis excepto que al año que viene se vuelve a Chelsea.

Deja un comentario