Desde la apertura del mercado de fichajes se viene hablando de intercambio entre Barcelona y Atleti de Saúl por Griezmann.
Una gran parte de la afición no estamos de acuerdo con este intercambio, pero ¿quiénes somos nosotros para opinar de lo que hace y deshace una empresa privada, robada a sus socios, aunque con un delito prescrito que permite a los perpetradores del robo quedarse lo robado impunemente? No somos nadie.
Pero hay una cosa clara: el Barcelona tiene que deshacerse de Griezmann sea como sea. De no hacerlo no podría inscribir a Messi y eso sería terrible para el club. Incluso quitándose de enmedio a Griezmann lo van a tener complicado, pero desde luego todo pasa primero por él.
Por tanto, Antoñito sale del Barça sí o sí. Según dicen las malas lenguas, solo acepta salir al Atleti, pero me extraña mucho que, sabiendo que la inscripción de Messi depende de su salida, se empeñara en quedarse y ser el culpable de la marcha de Messi.
Es cierto que el Atleti no tiene prisa, pero también es cierto que el galo tiene que aceptar una rebaja monetaria y que, por mucho que se empeñe, al final saldrá.
Si su destino es el Atleti o no, veremos. Si está Saúl por medio también lo terminaremos viendo.
Sentimentalmente la gran mayoría nos quedaríamos con Saúl y que el francés se busque la vida por ahí. Pero no podemos negar que el equipo daría un salto de calidad con él de nuevo. Y a Simeone le gusta ese salto de calidad.
Si me preguntarán a mí ahora mismo buscaría un 9 que pueda dar descanso a Suárez, ya que Saponjic no parece contar con el beneplácito del Cholo, y me empeñaría en buscar un 9, ahora sí, de garantías, para la próxima temporada.
Pero, a día de hoy, me basta con la plantilla actual. Griezman sería un problema cortando el paso a Joao o Correa. No le necesitamos.
En todo caso yo no soy entrenador. Otros sabrán más que yo, pero las opiniones son como los culos, todos tenemos uno, como dijo el gran Clint Eastwood.
Por lo demás, hagan caso a Simeone: «No consuman».
